¿HAY VIDA TRAS LA MUERTE?
¿Qué ocurre después de morir? El nacimiento la muerte son dos escenas ilusorias en el drama de este mundo. Realmente nadie nace, y nadie muere, porque nadie viene, y nadie se va. Todo es una “maya”, una ilusión mental, una malabarismo del Ser mental, un juego de la conciencia donde el espejo es el alma, y donde sólo el Todo existe realmente.
Existen nacimientos de los seres corpóreos, que están compuestos por los cinco elementos básicos, la tierra, el agua, el fuego, el aire, y el éter, y que juntos conforman el cuerpo físico, pero el Alma no tiene nacimiento, ni tampoco tiene muerte, porque es eterno, y porque el alma es lanzada fuera la envoltura física del cuerpo tras la muerte, y en realidad la vida es solo un “sueño” del mundo material que es protagonista momentáneo de nuestra obra de la vida.
Sin embargo el nacimiento es el “despertar” del sueño, de la maya, de la ilusión, y por ese motivo no hay que temer el hecho de morir en el cuerpo físico, en lo material, eso no es muerte, eso es nacer. Los siguientes puntos esclarecen lo que ocurre después de morir:
- ¿Qué es la vida?
- ¿Cómo liberarse de la muerte? ¿Qué es el cuerpo físico?
- ¿Qué es el alma?
- ¿Cómo purificar la mente y el alma?
- La reencarnación en distintas culturas.
- La hipnosis regresiva y los mundos astrales.
- La transmigración de las almas.
¿Qué es la vida?
La vida es una rotación continua donde realmente el cuerpo puede desaparecer, pero la sustancia inmortal del alma es eterna y siempre permanecerá.
Entonces hay que aprender a “discernir” lo real de lo irreal, lo verdadero de lo falso, lo creado por los dioses de lo eterno y universal, la sustancia divina de la sustancia corpórea, y lo eterno de lo perecedero.
Para conseguir la meta del descubrimiento hay que situar la muerte en el infinito, en zona dimensional, en distinto plano, y comprender que lo que se crea mentalmente es un mundo físico donde se nace y se muere, pero el espíritu, ni nace, ni muere, porque es eterno.
Transcender la maya, la vida ilusoria, donde llegamos en el nacimiento para aprender, experimentar, y sentir, es ir más allá del Ego, del Apego del mundo físico, fusionarse mental y espiritualmente con la esencia inmortal del Ser Divino.
La muerte física es una separación drástica del alma, de la vida física temporal, pero la muerte también es una nueva puerta a una nueva vida donde la conciencia perdura por siempre.
El nacimiento y la muerte es simplemente un hecho mágico que la mente abstracta recrea en la “maya” o vida ilusoria, donde imagina y vive teniendo en cuenta que el cuerpo que nace inmediatamente comienza a morir en el mismo instante de la llegada al mundo físico.
¿Cómo liberarse de la muerte? ¿Qué es el cuerpo físico?
Para liberarse de la muerte solo existe un sistema o método, que además es infalible, y es el resultado de convertirse en un Ser sin cuerpo físico, pero entonces no puedes vivir la vida en los mundos físicos como el de la Tierra, sino que vivirías en otros tipos de vida adaptada a la composición corpórea, quizás en una vida más etérea o no.
Nuestro organismo físico no es otra cosa que el resultado de las lecciones, karmas, o acciones de muchas otras vidas materiales o no. El humano siempre ha tratado de romper la “maya”, el velo de la vida material, para llegar al conocimiento oculto de lo que sucede tras la muerte.
Y la ciencia por su lado intenta desentrañar este gran misterio sobre “la vida tras la muerte”, no obteniendo aún datos concluyentes y definitivos que formen una auténtica teoría científica con suficiente base aclaratoria y aceptada.
La composición del cuerpo físico son cinco elementos principales, tierra, agua, fuego, aire, y éter, pero después de la muerte estos componentes se disuelven en la naturaleza que le corresponda. Mientras que el restante de los cuerpos del Ser, como el cuerpo energético, el cuerpo astral o mental, y el cuerpo físico, se reparte entre determinadas dimensiones, según su vibración, y otros desaparecen. ¿Pero qué sucede con el Alma?
¿Qué es el alma?
El alma, sin embargo, está sujeta a la servidumbre constante de la mente material, que es influenciada por la ignorancia, los pensamientos limitantes provenientes de la situación socio-cultura-religiosa de la época, así como de experiencias vividas, además de los sentidos físicos, todos ellos inherentes a la vida física.
Pero la vida material, es en sí misma, es una ilusión mental, una apariencia de vivir y de ser, ya que cuando se alcanza el conocimiento y la comprensión necesaria sobre lo verdadero, lo imperecedero, lo real, lo eterno, y sobre nuestro espíritu de luz, es entonces cuando se genera la verdadera liberación de la servidumbre o esclavitud del alma y del cuerpo, y es cuando se liberan el individuo de los pensamientos limitadores, de la ignorancia, y del poder invasivo de los sentidos físicos.
El producto de las experiencias de la vida da como resultado el auto conocimiento, pero también la explicación sobre nuestra existencia individual.
“Conocerse a sí mismo es conocer al prójimo.”
Esta filosofía de vida converge con la iluminación del Ser, y con la necesidad de ayudar al prójimo, y esto es lo que define la vida espiritual.
Sin embargo la vida material no se conoce a sí misma, nunca, ni tampoco conoce al prójimo, sino que es insensible al amor, a la compasión, a la luz interna divina.
El alma-espíritu no tiene forma, ni atributos físico, y no tiene tampoco ni tiempo, ni espacio, ya que vive en el plano infinito o infinidad de extensiones-dimensiones.
Los humanos nos identificamos con “Yo soy”, “Yo existo”, o simplemente con el “Yo”, etc., pero nadie dice “Yo No existo”, o “Yo no soy”; ¿Por qué? Pues porque en el fondo del Ser más profundo “sabemos-conocemos” sobre nuestra existencia elevada, de nuestra alma o espíritu.
¿Cómo purificar la mente y el alma?
La purificación mental es simplemente aprender a discernir, aprender a ver, aprender a buscar, y aprender a entender, pero corresponde aplicarle ampliamente un entendimiento, un conocimiento, y un profundo amor universal sobre todos los pensamientos y sentimientos más profundos de nuestro Ser que nos distorsiona y nos guía hacia caos y la ignorancia.
Entonces debemos fijar la mente en el espíritu de naturaleza divina, y dejar las ataduras, los apegos, las ilusiones materiales, y los deslumbramientos del mundo material.
¿Qué queda después de la muerte?
¿Qué hace el alma tras la muerte de su cuerpo físico?
¿Existe el “Yo” tras la muerte?
Desde la antigüedad, tanto los profetas ancestrales, los filósofos, los sabios, los santos, los yoguis hindús, y los diferentes pensadores, hasta llegar a los metafísicos modernos, se han familiarizado con las mismas preguntas, e inclusive han intentado resolver la enigmática interrogante sobre la vida tras la muerte.
Inclusive la ciencia actual ha intentado desentrañar este gran misterio sobre “la vida tras la muerte”, no obteniendo datos concluyentes y definitivos.
Sin embargo videntes de la india, los Upanishads, hace miles de años indagaron sobre el mundo transcendente y espiritual.
La reencarnación en distintas culturas.
Hace miles de años, videntes de la India, los Upanishads, dejaron profundos mensajes espirituales en los que enfatizaban la comprensión “intuitiva”, oculta e innata en el interior de todos los seres vivos, y que fundamentaban lo siguientes preceptos:
- El ser vivo es un alma que lleva un cuerpo físico, y no al revés.
- La conciencia es la evidencia de la existencia del alma.
- La personalidad del Ser es la manifestación breve y parcial de la inmortalidad.
- El alma es la parte inmortal del ser vivo.
- El humano “ignorante” es aquél que está en estado “dormido” espiritualmente, porque se niega a la existencia del alma inmortal, y por lo tanto necesita “despertar” del sueño de la vida ilusoria, irreal, de la ignorancia de que el mundo material es el único mundo existente.
- No hay que apegarse al cuerpo material porque éste es perecedero, provisional, sino que debe aferrarse al Alma, al Espíritu que es inmortal, e identificarse con la luz divina del alma, y esto es lo que nos hará ver la verdad, y nos aportará la libertad.
“La Verdad no hace libres.”
Las almas descienden a los cuerpos físicos llevando un remanente de Karma que determina el nacimiento. Las almas regresan a la tierra por la misma influencia o fuerza energética kármica que las atrae.
En los registros Chhandogya Upanishad, v.107, dice: “Aquellos cuya conducta durante la vida anterior ha sido buena, obtendrá un buen nacimiento… y aquellos cuya conducta ha sido mata, obtendrán un nacimiento del mal, como la de un perro, o la de un cerdo.”
Los textos hindúes, Purunas, nos hablan sobre la muerte y los reinos del más allá, y los 14 reinos de existencias; siete reinos inferiores al físico humano, y siete reinos superiores al físico, quedándose el mundo material en el que vivimos en un terreno del medio, donde elegimos el camino que queremos conocer.
Los mundos inferiores son las expansiones del sufrimiento, llamados NARAKA, o YAMALUKA, donde reside el Señor de la Justicia, donde reina el lugar, castigando a los pecadores por sus pecados, y sus negligencias.
Para la filosofía hindú, el nacimiento es el momento de “recoger” el Karma, la suma total de las acciones pasadas. Los reinos que recorre el alma después de la muerte física son parte del SAMSARA, y son tan efímeros como el reino terrenal.
Entonces las almas salen de los reinos inferiores cuando han aprendido y comprendido las lecciones-karma que necesitan experimentar, y es entonces cuando mediante la voluntad dejan los reinos inferiores y se trasladan a los mundos superiores.
Con el simple “deseo”, voluntad, se trasladan de nuevo al mundo físico-material donde comienzan a generar nuevo karma.
A este movimiento cíclico se le llama el Samsara que es una aportación energética, y que surge de la propia conciencia del alma sobre su individualidad del todo, su separación de la fuente de la luz, del Todo, de lo absoluto.
La salvación comienza cuando cesa ese pensamiento interno sobre la “individual” del alma, que es una sensación irreal que determina un grado de conciencia, y donde abunda el “yo existo”, debiéndose convertir en un simple “soy”.
Los antiguos egipcios, la muerte y la vida era la filosofía de sus pensamientos. Entre los dogmas egipcios estaba la creencia en un “cuerpo doble”, un cuerpo era el KA o fuerza vital del alma, y el otro cuerpo era el Sheut o “sombra” que eran todos aquellos pensamientos o acciones negativas del corazón del individuo durante su vida física.
Este doble cuerpo se mantiene durante el tiempo que dure el cuerpo material, y se marcha o desaparece cuando muere el cuerpo físico.
Llegaron a recurrir a la momificación de los cuerpos de los muertos, intentando representar la preservación de los cadáveres durante milenios, como simbología de la durabilidad del alma del difunto que era inmortal.
Los Caldeos, también creían en el alma y en su sombra, igual que los egipcios, con lo cual la representación de la resurrección del cadáver era la nueva vida, este sería el efecto simbólico de la muerte y la vida eterna. Sin embargo no podían concebir un cuerpo astral sin cuerpo material.
Tanto los caldeos como los egipcios no pudieron disociar la idea de que el alma de los difuntos se marchaba del cadáver para siempre, para volver con otro cuerpo nuevo, y comenzar una nueva vida, para ellos solo existía un solo ser que volvería al cuerpo en resurrección.
Los Cristianos esperan la resurrección del cadáver, del cuerpo material, y eso es científicamente imposible, pero esa formulación o pensamiento deriva del embalsamamiento de los egipcios, entonces el enterramiento de los muertos cristianos simbolizaría el embalsamamiento y la resurrección caldea y egipcia.
Para el pensamiento cristiano no cabe la idea de la incineración de los cuerpos, como ocurre en el mundo hindú, porque creen que algún día el cuerpo físico se “levantará” después de la muerte y resucitará de entre los muertos al mundo físico.
Sobre lo que sucede cuando se muere el cuerpo dependería mucho de lo que ocurre antes de la muerte.
En la Biblia hebrea, la muerte y la vida están distribuida, clasificada según tipos de humanos, que los divide en dos grandes grupos:
- Los humanos salvados.
- Los humanos perdidos.
Los salvados serían aquellos que han confiado en las palabras de Jesucristo, y en la salvación eterna.
Los perdidos serían los que no tuvieron fe en la resurrección de los muertos y la salvación divina de dios.
Por ejemplo:
-En el evangelio de Lucas 23:43, dice Jesús a uno de los ladrones que le acompaña durante la crucifixión: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.”
Esto contradice frontalmente con otros parámetros donde el alma se queda como en un “sueño”, una especie de “animación suspendida” hasta el día de la resurrección de los muertos.
-En 2Corintios 5:8, dice:” Pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes ante el señor.”
-En Filipenses 1:21-24, dice:” porque para mí el vivir es en cristo, y el morir es en ganancia. Más si el vivir es en la carne, y resulta que para mí es en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger, porque de ambas cosas estoy puesto en duda, teniendo deseos de partir, pero también de estar con cristo, lo cual es muchísimo mejor.”
Muchos cristianos tienen una visión mística sobre la muerte, y piensan que el cuerpo pasa por la tierra material hacia la tierra de los muertos donde no hay nada.
Pero Jesús fue en verdad desde la tierra de los muertos hacia la tierra de los vivos, y no al revés como dicen las religiones, es decir, Jesús pertenecía al reino del más allá, o de dios, según se mire.
Así los cristianos simbolizaron la muerte de las siguientes formas:
- Ir a dormir, y despertar en el cielo.
- Ir de una tienda de campaña a una mansión.
- Irse caminando desde la oscuridad a una habitación iluminada.
- Volver a casa donde veremos a la familia y amigos.
- Ser liberado de la prisión de la vida.
- Hacer un largo viaje a la nueva tierra.
- Ir a la nueva Jerusalén que es la casa de dios.
- Abrir la puerta a un nuevo mundo.
- Mudarse de casa a otra nueva.
De hecho el vocablo “cementerio” proviene de una palabra griega “dormir” o lugar donde poder dormir.
Jesús dijo:” El reino de los cielos están dentro de mi” “en la casa de mi padre hay muchas moradas.”
La hipnosis regresiva y los mundos astrales.
Según la información recogida de la hipnosis regresiva de Calogero Grifasi, resultó que el cuerpo humano está dividido en varias partes que conformarían el Ser o cuerpo material; uno es el cuerpo físico, otro es el cuerpo energético, otro es el cuerpo lumínico o alma, pero está también el cuerpo Astral o cuerpo mental.
Todos estos cuerpos conviven unificados con la persona, y funcionan conjuntamente, y solo tras la muerte material se disuelven y separan.
El plano astral es el mismo que usamos cuando viajamos durante el sueño, cuando dormimos, nos vamos a la infinidad de la conciencia.
Pero allí existen seres oscuros que astutamente fustigan a los humanos del plano físico con el fin de extraer sufrimiento, dolores, y pesares, que les proporcionan infinidad de energía libre. Estos seres del más allá pueden ser desde ex humanos hasta seres dimensionales o extraterrestres que utilizan el desplazamiento entre dimensiones, y esté mundo astral es la dimensión más próxima del Ser humano, de hecho el sistema energético se expande en varios planos o dimensiones desde donde se puede operar, y observar.
Estos Extraterrestres utilizan la dimensión astral para realizar control de las alamas de aquellos individuos que gestionan desde mucho tiempo atrás, o que han sido atrapadas para que todas ellas sean el resultado de un producto energético.
Las especies alienígenas son principalmente 5 razas que actúan en el plano astral, y son:
- Unos humanoides muy altos y grandes, parecidos a los humanos.
- Reptiles de varios tipos.
- Seres peludos con piernas de pato o ave.
- Híbridos humanoides más pequeños.
- Los grises grandes y pequeños.
- Y los híbridos reptiloides y grises.
Todos estos demandan la colaboración de las almas de ex humanos del plano astral que no han pasado al mundo de luz y quedaron vagando por esa dimensión.
Cuando las almas son conscientes de su camino de luz, en principio deberían irse hacia la luz divina, pero algunos extraterrestres utilizan tipos de luminiscencias que engañan a las almas y se marchan con ellos pensando que son el reino de su dios, el paraíso, o cualquiera de las ideologías sobre el más allá divino.
En esos casos de rapto de almas, estas se depositan en “campanas de cristal” que anulan las sensaciones exteriores dejándola en un estado de neutralidad. Desde la estancia en esas campanas se procede al análisis y estudio de la experiencia vivida, hasta que llega el momento de su reencarnación en la Tierra, es entonces que se le viste energéticamente para su nueva experiencia.
Los gatos, perros,y resto animales son capaces de ver el plano astral y los cuerpos astrales.
La transmigración de las almas.
Para los antiguos filósofos como Platón o Pitágoras, la base de la vida correspondía a la Teoría de la reencarnación. Esta doctrina fue también la base del hinduismo, del budismo, de los griegos, de los egipcios, que se aproximaron a la piedra angular del fundamento de sus vidas, la muerte y la vida, se convirtió en su forma de vivir.
El apego a la vida terrenal demuestra la existencia de vidas anteriores, ya que solo la misma necesidad, de esa inclinación, derivaría de un gusto a la experiencia material, corpórea, y por lo tanto es necesitado en la actual vida. El alma adquiere conciencia de la vida, del mundo físico, a través de las experiencias vividas, por lo tanto le gusta experimentar y sentir, y eso lo recuerda y lo anhela, de lo que brota el apego.
El cielo y el infierno desde el punto de vista más transcendental, no existe, ya que son emanaciones mentales de nuestras creencias y pensamientos que la conciencia ha adquirido.,
Con el pensamiento de que tras la muerte se va a obtener una felicidad eterna, un cielo, una cercanía a un dios justo y cariñoso, es una ilusión mental, no es una realidad, ya que son lugares distintos a donde viajamos, y donde están determinadas entidades.
Tómate un momento y calcula el número de días que llevas vivo; y ahora conjetura cuántos días más puedes vivir. En ese momento cabe plantearte cuál es la forma más rentable en la que puedes vivir los días que te restan, y tú solito configurarás tu propio cielo o infierno, aquí en la Tierra, pero también allá en el plano astral, y más lejano.
Jesús advirtió en Apocalipsis 1:18:”Yo soy el que vive, estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y la del Hades.”
Las llaves son un simbolismo de autoridad que Jesús tiene, y el diablo sólo tiene las puertas, es decir, aunque el mundo astral sea en parte controlado por algunos tipos de entidades, la luz de la conciencia tiene el poder, la autoridad, es el que manda, y ellos conocen que si despertamos obtendremos conciencia de nuestro poder, tendremos las llaves de la muerte, también.
“La luz interior, nuestro verdadero ser, es la llave, y la muerte es la puerta.”
Fuentes y referencias.
Biblia hebrea, Reina Valera.
Calogero Grifasi, hipnosis regresiva número 674.
Chhan clogya Upanishad v.107.
Textos Purana.
Mitología Egipcia, griega, y sumeria.
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