Dividimos nuestras existencias de la vida desde el punto de vista de que «existo yo», existen, «los demás», y existen «las cosas y el entorno”.

El sufrimiento es una experiencia Interior y Mental. Sus efectos son físicos y sus causas son mental-emocionales, ya que el sufrimiento es una experiencia mental-emotiva. Es Mental porque al tener mente que percibe entonces se sufre, siendo así consciente de tu vida y si no tuviéramos mente no sufriríamos porque seriamos  totalmente inconscientes o autómatas.

A lo largo de nuestras vidas tendemos a pensar que el sufrimiento o momentos dolorosos, que entran en nuestras existencias ya sea en determinadas temporadas, momentos o solo en instantes, persisten en el tiempo y en el espacio; es entonces cuando nos surgen frases como “esto es muy duro o difícil” o “esto me superará” o “esta situación se hace larga e insoportable” etc.

Especulamos con ese momento doloroso y mentalmente nos imaginamos que persistirá en el tiempo y que se plasmará  sobre nuestras vidas a diario o bien que durará años e inclusive lo percibimos como perpetuo, pero en realidad no es así.

A pesar de todo, cuando nos acontece determinados hechos negativos en nuestras vidas acostumbramos a expandirlo mentalmente en el tiempo  y por eso, de esa manera,  es como comenzamos a pensar y expresar frases como “¡qué mala racha o que mala suerte!” o “¡qué destino más duro me ha tocado!” o “¡cuánto sufrimiento hay que vivir!” o  bien nos  hacemos preguntas como ¿Por qué a mí? o ¿por qué yo y no fulano o aquél otro que es mala persona?  o ¿ Para qué tanto sufrir en esta vida? , y  muchas más similares.

Sin embargo no nos damos cuenta de que esa expansión, en el tiempo y el espacio, de esos momentos negativos, nos perturba gravemente el Alma y nos desarmoniza y distorsiona enormemente el Cuerpo Físico, enfermándonos literalmente de forma física o psíquica e inclusive de ambas maneras. 

Solo es una percepción errónea de ese espacio y de ese tiempo que tendemos a darle a las  situaciones difíciles, dolorosas y traumáticas que transcurren en nuestra existencia. ¿Por qué digo que las situaciones no son así cómo creemos que suceden? En realidad el hecho traumático o doloroso, en sí mismo, sí existe, pero recuerda que no en todo momento del día estas en ese estado de sufrimiento o dolor, sino que tú decides que a cada momento del día tienes una obligación y esa obligación es recordar lo sucedido constantemente, y entonces surge el dolor, sufrimiento.

Mientras más lo recuerdas y vueltas le das al mismo asunto, más anclado estas ese pasado, en esa situación y cómo además la estas reviviendo una y otra vez la percepción de la duración de ese acontecimiento negativo nos resulta más prolongado e inclusive no resulta perpetuo, aparentemente, pues la situación duró lo que duró y no lo que nosotros acumulamos en horas de recuerdos.

No te ancles al Pasado. Vive el Presente. Vive esos momentos en que no piensas en esos acontecimientos negativos que han sucedido en tu vida y no arrastres el Pasado como si fuese una losa grande y pesada. Te darás cuenta de que hay más momentos de esparcimiento en tu vida de los que crees y date cuenta que en otros lugares del planeta Tierra hay personas que aún sufren más minutos al día que nosotros, ya sea por guerras o por enfermedades etc.

Cuando nos ocurren situaciones complejas de asimilar, por nuestros corazones y nuestras mentes, entonces recurrimos, constantemente, al recordatorio de esa situación negativa y a rememorarlos una y otra vez y a sacarle toda la puntilla que podamos, ya sea buscando culpables o inocentes y sin embargo cada vez que lo realizamos nos acabamos dando cuenta de que no ha servido para nada y que hemos perdido el tiempo, además de ver como se reflejan sobre nosotros y nuestro entorno y nos genera frustración y ésta frustración cuando es constante en el tiempo y el espacio no lleva a generar  ansiedad y si se prolonga aún más se generará hasta una depresión (tristeza del Alma).

Gran parte del día, mientras transcurrimos en nuestras vidas, sobre este planeta, si nos observamos con objetividad, veremos que pasamos gran parte de él realizando quehaceres personales o profesionales e inclusive ocio o simplemente esparcimiento y que sólo cuando decidimos “anclarnos al pasado”, pensando, recordando, sacando punta, removiendo, distorsionando e incluso desfigurando la realidad y reconvirtiéndola en otra mejor para nuestra conveniencia,  buscando culpables o  víctimas, etc. , es ahí donde nacen esos estados de trauma que percibimos como el dolor, sufrimiento, desesperación, frustración, ansiedad, etc., y que nos generarán a  medio y largo plazo enfermedades físicas y/o psíquicas.

Con todo lo anterior, qué debemos recoger del contexto, de que si “el pensamiento” es una fuerza impulsora de nuestra realidad y que “las emociones”, cuando surgen, nos generan una gran necesidad de búsqueda del recordatorio del suceso negativo para así rememorarlo constantemente y de esta manera seguir anclados al pasado, entonces, si conocemos la causa podemos poner remedio a su efecto, es decir, si sabemos que cuando nos aparece una emoción tendemos a rememorar el pasado o situación traumática o dolorosa, es ahí que debemos pararnos, reflexionar y analizar para así  poder observar esa emoción y darnos cuenta de que si viene  a nuestras vidas es para que la analices, confrontes y entiendas en tu experiencia y sobre todo en tu interior, y no para estar dándole rodeos a lo sucedido generando en nuestro interior un dolor y  sufrimiento, a veces insoportable, que nos puede llevar a enfermar.  Ésta manera distorsionada es la puerta para crear a nuestro alrededor un ambiente de negatividad enfermizo que construirá, por sí solo, una vida de negatividad, sufrimiento constante.

Hay que dar al acontecimiento negativo su oportuno momento de análisis o contemplación, y no es necesario recordar constantemente lo sucedido, o sacándole punta, o removiéndolo gratuitamente, o distorsionándolo e inclusive desfigurando la realidad ni tampoco en búsqueda de culpables o de víctimas, pues nos llevaría al sufrimiento continuo y nos estaríamos generando una vida llena de infelicidades.